lunes, 29 de marzo de 2010

El travertino de Priego


Vista desde la Cubé de las diferentes plataformas travertínicas del sector Adarve-Cubé.


La plataforma de la Cubé, bastante afectada por procesos de disolución que forman fisuras y cuevecillas.


Vista de la pared de la Cubé (lado oriental)


La Cubé, lado norte. Se observan las coladas estalactíticas por encima de la cuevecilla del Pozo y los bloques desprendidos de la antigua pared, que se encuentra actualmente muy fisurada (fijaros en la parte superior derecha (vuestra derecha) de la foto y en la que se han producido algunos derrumbes recientes.


Travertino de la Cubé. Se observa la estructura tubular debida a la precipitación del carbonato cálcico sobre restos vegetales.


Interior de la cueva del Pozo, en la Cubé. La estructura almohadillada indica una abundante humedad.

Cascadas estalacíticas de la cueva del Pozo.

Travertino con una capa exterior coraloide, del Adarve.

Travertino con "cuernecillos" (Adarve)
Formas almohadilladas al depositarse carbonato cálcico sobre musgos.
Travertino de la Cubé.
Travertino con restos de tallos vegetales. Los mayores podrían ser tallos de cañas, plantas típicas de lugares húmedos.

El travertino o toba calcárea, conocido en Priego como "tosco", es uno de los elementos más característicos de nuestro pueblo, pues gran parte de la ciudad se asienta sobre él, a él debemos nuestro emblemático Adarve y La Cubé y ha servido para construir muchas de nuestras casas y edificios históricos (como el castillo).

El travertino es una roca formada de carbonato cálcico (CaCO3), en forma de calcita generalmente, de colores generalmente pardos (debidos a la presencia de limonita, mineral con hierro), blancuzcos o grisáceos, con numerosos huecos y poros. Puede contener fósiles de moluscos terrestres y de agua dulce, así como impresiones de distintas partes de vegetales. En numerosas ocasiones, los travertinos poseen estructuras concrecionadas y tubiformes. Algunos autores denominan tobas a las variedades muy porosas y poco compactas de travertinos.

El travertino de la pared del Adarve (cuando hablo de estalactitas, en realidad son columnas, como podéis apreciar)

Los travertinos se originan por la precipitación del carbonato cálcico que existe disuelto en las aguas subterráneas (en forma de bicarbonato cálcico, Ca(HCO3)2). Cuando éstas surgen a la superficie o atraviesan sedimentos donde la actividad de los vegetales retira CO2 y/o aumenta la temperatura y disminuye la presión de las aguas, se produce el paso del bicarbonato a carbonato, que es insoluble y por tanto precipita. El agua subterránea suele enriquecerse en CO2 con respecto al aire, al atravesar los suelos, en los que existe una concentración elevada de este gas, que emiten las raíces de las plantas en su respiración y los organismos que descomponen la materia orgánica. Al entrar en contacto con la atmósfera, el CO2 del agua escapa a ésta y el equilibrio de la reacción carbonato-bicarbonato se desplaza hacia la formación de carbonato. Además, los fuertes movimientos, la efervescencia del agua y la influencia de algunas plantas favorecen la segregación de calcita. Por ello, los travertinos se suelen formar en las inmediaciones de las surgencias de aguas subterráneas. Como en estas zonas suelen existir poblaciones importantes de plantas, el carbonato suele precipitar sobre ellas o sobre sus restos, conservando moldes o impresiones de los mismos, así como sobre conchas de moluscos pulmonados o de agua dulce.

En casi todas las fuentes naturales de la región se están formando actualmente travertinos. Otros son heredados de otras épocas más lluviosas del Cuaternario.

Vamos a explicar más detalladamente el proceso, que es una consecuencia de la siguiente reacción de equilibrio:

CaCO3 (insoluble en agua) + CO2 + H2O <--> Ca(HCO3)2 (soluble en agua)

El agua de lluvia contiene CO2 de la atmósfera disuelto, que reacciona con el agua para dar ácido carbónico (el mismo que hay en las gaseosas), H2CO3. Este ácido disuelve la roca caliza, formada por CaCO3. Las aguas subterráneas se enriquecen en CO2 y el equilibrio se desplaza aún más hacia la formación de bicarbonato cálcico. Al surgir de nuevo las aguas a la superficie, se escapan por evaporación CO2 y H2O y la reacción se desplaza hacia la formación de carbonato cálcico.


A continuación, realizo un resumen del capítulo "La toba de Priego: una historia de 18.000 años", escrito por Fernando Díaz del Olmo, Rafael Baena Escudero, Genaro Álvarez García y Ángel Luis Vera Aranda, del libro "El enclave kárstico de Priego de Córdoba (Subbético)" (Varios Autores, Ayto. de Priego de Córdoba, 1.995).

El edificio travertínico de Priego, en el piedemonte de la sierra Horconera, se desarrolla a partir del contacto entre las calizas liásicas de la sierra y el sustrato margoso y margo-yesífero del Subbético. Sobre las calizas liásicas del macizo se reconoce un polje (llanura arcillosa formada por disolución de las rocas calizas al pie de las sierras) escalonado (La Almorzara), actualmente drenado hacia el río Zagrilla y ampliamente rellenado. Un sistema de antiguos valles drenan desde el polje al Adarve de Priego; mientras que hacia el sector occidental se escalona más frecuentemente un sistema de surgencias.

Formaciones travertínicas de Priego

Las formaciones travertínicas de Priego se organizan a lo largo del piedemonte de la Horconera en dos grandes conjuntos que identificaremos como: Travertinos del Instituto Álvarez Cubero y Travertinos del Adarve, Cubé y La Joya.

Los primeros constituyen un extenso depósito con morfología de plataforma escalonada, parcialmente desmantelada, recubriendo en discordancia el sustrato calcáreo y margoso de las laderas, ubicado entre los 600 y 500m de altitud. La secuencia de deposición arranca en la parte inferior del piedemonte con un perfil de alteración decapitado por un depósito de gravillas travertínicas, al que se le sobrepone una plataforma de acumulación de tallos, musgos y limos concrecionados, de 6 m de espesor.

Los travertinos del Adarve-Cubé-Joya corresponden a un típico edificio travertínico "en balcón", con la gran plataforma travertínica sobre la que se emplaza la ciudad de Priego, y un conjunto de plataformas inferiores objeto de utilización agrícola histórica.

El Sector Adarve corresponde al frente norte del edificio travertínico. Su potencia es de unos 100 metros desde el balcón del Adarve hasta el cauce del Arroyo Salado. El escarpe del Adarve muestra una sucesión de facies de cascadas travertínicas asociadas a los paleovalles que drenan desde la Almorzara, y a las arroyadas provenientes de los manantiales de piedemonte. Las facies de cascadas presentan tallos, carbonatos laminares con distribución acintada y muestras de corrosión superficial. La datación por medio de isótopos radiactivos de uranio y torio de estas facies ha alcanzado 18.900 años de antigüedad. En la base del escarpe del Adarve la karstificación de la plataforma se evidencia por la presencia de cavidades abiertas en el edificio travertínico, dejando ver conductos y pavimentos con coladas estalagmíticas de sección finamente estratificada, a base de calizas blanquecinas y niveles rojizos.

Con posterioridad al siglo VIII de nuestra era, la precoz urbanización de la plataforma deriva en un progresivo encauzamiento de arroyos y manantiales y ordenación de fuentes, haciéndose visible en el escarpe la superposición de coladas recientes ligadas a las fuentes del Adarve.

La gran plataforma de la Cubé muestra una compleja sucesión de tobas de cascada y depósitos detríticos con una potencia de unos 10 m, acompañada de evidentes procesos de disolución que aportan cavidades con desarrollo de estrechas galerías y conductos. En la cueva del Pozo, una colada estalagmítica bien cristalizada muestra una micromorfología alternante de calcitas blanquecinas, pardo-amarillentas y pardo-rojizas. Se formó hace unos 8.900 años.

El techo de esta plataforma ha sido objeto de una intensa ordenación agrícola histórica, concretada en la implantación de numerosos aterrazados con bancales de facies travertínicas, y apertura y derivación de acequias para el mantenimiento de las huertas. El resultado ha sido la aparición de numerosas plataformas intermedias y la presencia de suelos antropizados.

El sector La Joya está ubicado en el tramo oriental de la población de Priego y su potencia es de unos 20-23 metros, quedando limitado su escarpe por el lienzo de muralla del siglo XVI. Desde el sustrato hasta la parte superior pueden distinguirse múltiples escarpes creados por el hombre para su aprovechamiento agrícola.

La secuencia sedimentaria del travertino de Priego refleja una evolución en dos etapas: la primera dirigida por la dinámica morfoclimática del macizo de la Horconera y su piedemonte, y la segunda recogiendo los impactos del hombre en el sistema kárstico (edificación, canalización de aguas, aterrazado para cultivos, etc.).

Cronológicamente, se inscribe en el grupo de edificios del final del Pleistoceno de las cordilleras béticas, los cuales reflejan la historia sedimentaria y medioambiental de los últimos 20.000 años (periodos Tardiglacial y Holoceno). Geomorfólicamente, los travertinos de Priego se desarrollan sobre un piedemonte, que en el Adarve acumula facies de cascadas del polje de la Almorzara, y en el Instituto Álvarez Cubero y zonas adyacentes lo hace sobre un sustrato epigenizado. En su conjunto los rasgos sedimentológicos muestran un sistema de facies mixtas, relacionadas con la dinámica de los arroyos y surgencias, lo que proporciona un amplio dominio de las facies de cascadas y masas de tallos y musgos, que en su frente norte han sido las causantes de la ampliación de la plataforma.

La secuencia climato-sedimentaria arranca de los depósitos del Adarve, que en su fase terminal remiten al final del Pleistoceno superior-Tardiglacial (hace 18.900 años). Corresponde pues al final de un periodo activo de la karstificación de la sierra con un importante funcionamiento de los arroyos y surgencias del piedemonte. La formación de la plataforma de la Cubé, 25 metros por debajo del balcón del Adarve, define, en opinión de los autores, una discontinuidad morfológica y temporal que exige el primer cambio en las condiciones genéticas del travertino, entre hace 18.900 años y el Holoceno (desde hace 10.000 años), esto es, abarcando el pleno Tardiglacial. Durante este periodo (10.000-2.600 años) se desarrollan ya facies de tallos y musgos, limosas y detríticas finas, y suelos hidromorfos (con una fase importante de encharcamiento anual), que evocan una evolución intermitente aunque sostenida del edificio travertínico a lo largo del Holoceno.

La presencia de coladas estalagmíticas de 8.900 años de edad afectando a las facies de tallos, informan de un repunte de la karstificación de menor intensidad que el periodo anterior, proporcionando un régimen de circulación interna del agua.

El periodo Atlántico, representado por las facies de la Cubé de hace 7.200 años, y los restos de pólenes de pinos y acebuches, están en la línea de la fijación del óptimo climático de este periodo, así como de la progresiva consolidación de la vegetación xerófila mediterránea (bosques de encinas y arbustos de hoja dura y perenne), evidenciándose incluso en la zona del Instituto Álvarez Cubero con costras zonales sellando las plataformas.

En la Joya y la base de la Cubé, con posterioridad a las formaciones de tallos y musgos de hace 2.600 años, las facies son detríticas, y su cronología es correlativa de los episodios Neolítico-Calcolítico. Puede afirmarse que a partir de hace 2.600 años (periodo Subatlántico), el edificio travertínico de Priego comienza una nueva etapa geomorfológica, caracterizada por el desarrollo de una etapa climato-antrópica, caracterizada por la falta de acreción sedimentaria en las plataformas, el desarrollo de las facies detríticas, la pérdida completa del pinar, la formación de suelos antrópicos y una frecuente evolución hidromorfa y nitrófila en el techo de las plataformas. Localmente, la reorganización antrópica del sistema hídrico de las plataformas ha dejado espectaculares cascadas travertínicas.

Vista de la cascada de travertino formada en el Adarve en tiempos recientes (menos de 200 años) a partir del agua que rezuma la fuente situada arriba. La velocidad de precipitación de carbonato cálcico es bastante alta. En la zona se tiran numerosos plásticos, que son cubiertos de mineral al cabo de unos pocos años.
Travertino con restos de hojas y tallos, de una terraza por debajo del Adarve. No es la hoja que estaba buscando en el vídeo, pero vale (es que se me quedó la cámara sin batería).


El tosco ha sido usado frecuentemente en Priego, para construir tanto las casas como muros, murallas, el castillo, iglesias, paredes de terrazas agrícolas, etc. Es una roca blanda y fácil de manejar y, debido a su porosidad, es buena aislante térmica. Pero esta misma porosidad hace que pueda albergar en su interior hasta su propio peso en agua, lo que ocasiona problemas de humedad en las casas viejas. En la parte baja del Adarve se pueden observar los vestigios de antiguas canteras.

1 comentario:

  1. Querido Antonio:
    Eres un libro abierto. Estoy aprendiendo cosas que en mi vida había imaginado.
    No sabes cuánto te lo agradezco.
    Un saludo.

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