Cuando se muera mi suegra,
ole,
que la entierren boca abajo,
ole ya,
por si dice de salirse,
ole,
que se meta más abajo.
Y ole ya que eres mi morena,
ole ya que no tengo pena,
ole ya que tengo alegría,
ole ya la morena mía...
Todos los Antonios tienen,
ole,
la boca de caramelo,
ole ya,
y yo como soy golosa,
ole,
por un Antonio me muero.
Ole ya que eres mi morena, etc.
Estas coplillas las canta una mujer prieguense que visita las residencias por las tardes para dar compañía a los ancianos y que prefiere permanecer en el anonimato (a ver si un día la convenzo para que salga de él).
Las siguientes coplas me las cantaron y/o dijeron Rosario, Rosaura y Concepción, tres mujeres de Castil de Campos que viven en la Residencia de San Juan de Dios de Priego. En Castil de Campos han sabido conservar muy bien sus tradiciones y lenguaje, algo distintos de los nuestros. En particular, sus canciones de los coros (allí los llaman como en Castilla y no rincoros como en Priego), que todavía cantan y bailan al modo tradicional algunas mujeres. En 1.988, varios miembros del Movimiento de Renovación Pedagógica "Marcos López" de Priego, que trabajaban en el Grupo de Trabajo de Educación Permanente de Adultos, editaron el librillo "Canciones viejas, ilusiones nuevas", en el que recogían algunas de las canciones del folclore de la entidad local autónoma. La recopilación la llevaron a cabo Arturo Matilla Hernández y Gloria Valverde Aranda, que contaron con la colaboración de José Francisco del Caño Pozo y Rafael Requerey Ballesteros.
¿Te acuerdas, María Manuela,
tururú, ru, ru,
la noche del velatorio,
ay Manuela, ay Manuela,
que te quedaste dormida,
tururú, ru. ru,
y te quitaron el novio,
ay Manuela, ay Manuela?
Cantan Rosaura y Concepción (Rosario se ha tenido que ir). Esta canción ilustra la importancia de la mayoría de los velatorios como actos sociales lúdico-festivos para los no allegados al difunto.
Las tres me cantaron esta otra canción, que no grabé (tengo que hacerlo el próximo día que vaya):
El año pasadito,
ay, me miró,
si este año no mira,
mejor que mejor;
y si mira palante,
no mire patrás,
que si mira me río,
ja, ja, ja.
También me dijeron ¡una copla amable para la suegra!:
Mi suegra, mi suegrecita,
la madre de mis amores,
que está criando pa mí
una maceta de flores.
Y otra coplilla sobre las contrarias (las rivales en el amor). Enrique Alcalá tiene recopiladas más en "Contrarias".
A mi contraria la nueva
le tengo yo que decir
que no se ponga orgullosa,
que ese moreno es pa mí.
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