miércoles, 25 de agosto de 2010

La Pastorá


Rebeca: ¡Arre allá!
Batilo: ¡Más grasias!
Rebeca: ¡Tonto! ¡Sopenco! ¡Gasnápiro!
Batilo: Sí, sí, ya estoy satisfecho
de que me quieres.
Rebeca: ¡Bellaco!
¿Yo a ti? Pus, ¿quién te lo ha icho?
Batilo: ¿No lo estás isiendo craro?
Rebeca: ¿Cómo?
Batilo: Cómo tú acostumbras,
poniéndome como un trapo.
Rebeca: ¿Esto más? ¿Y tú has creío...?
Batilo: Si lo ijites hace un rato,
que te gusta encamorrar
a aquel que estás estimando.
Rebeca: Pero a ti no, so borrico.
Batilo: ¡Otro piropo!
Rebeca: ¡Otro rayo!
Batilo: ¡Ole! Bendita tu boca
por el moo tan resalao
que has tenío pa eclararme
que tú me estás adorando.
Rebeca: ¡Vamos! Más vale reírse.


Jusepe: (Güena noche nos está mandando)

Su Divina Majestá.

Sileno: Pus hombre, yo no me pasmo

ni tengo frío.

Jusepe: ¿Y qué jases

pa no tenello?

Sileno: ¿Qué jago?

Pus le meto dos asumbres

a esta bota de lo ransio,

y cuando el frío me aprieta

me suelto dos latigasos

y cátame más caliente

que un jorno.

Jusepe: No es mal pensao.

Ermita de Belén, la ermita de mi barrio


Uno de los pequeños tesoros de mi cuarto de los chismes real es este cuaderno roído por los ratones que encontré en la buhardilla del terrado de mi casa, en la Huerta Palacio. Los vecinos de este barrio representaban en Navidad una obra de teatro sobre el nacimiento de Jesús, la Pastorá, de origen muy antiguo (aunque seguían ya un texto escrito por el escritor local Carlos Valverde López, llamado "La Pastorela") y cada uno de ellos tenía una copia manuscrita. La obra se representó hasta los años 60 del siglo pasado. El cuaderno fue propiedad del antiguo inquilino de la casa, edificada a principios de los años 50.

En 1.986, Manuel Peláez del Rosal y José María Ocaña Vergara publicaron un libro sobre esta obra: "La Pastorela" (Ediciones El Almendro, Córdoba). En él dicen: "Con el nombre de Pastorá, se conoce en Priego y su comarca un auto religioso-navideño, copia fragmentaria literal, salvo levísimas mutaciones, de la obra "La infancia de Jesuscristo", poema dramático en doce coloquios, que Gaspar Fernández de Ávila publicó en 1.782. Para las representaciones en Priego, sólo se tomaron tres coloquios: "El nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo", "La huida a Egipto de Nuestro Señor Jesucristo" y "La degollación de los Santos Inocentes". Esta obra, conocida también como la "antigua Pastorá", se representó en Priego desde finales del siglo XVIII hasta finales del XIX.

La Pastorela fue escrita por Carlos Valverde en 1.899, a requerimiento de los Hermanos de Belén, que querían una nueva versión de la Pastorá, pues estaban cansados de representarla durante más de un siglo y no se acomodaba ya a los gustos de la época. El encargo se le hizo en otoño, para ser representada en la navidad de ese mismo año. "Accediendo a sus deseos -escribe Carlos Valverde-, escribí una obra en cuatro actos en verso, titulada "El Nacimiento del hijo de Dios". Y para darle más animación y sabor pastoril le puse unos cantables y bailables, cuya música, inspirada como suya, le aplicó el maestro Don Laureano Cano; y ensayada que fue, se representó todas las noches de Pascua y no sé si algunas más a teatro lleno y con felicísimo éxito." Aunque basada en la Pastorá, la obra supone una auténtica recreación, por la introducción de nuevos pasajes, personajes, villancicos y elementos decorativos.

La obra recrea varios pasajes del Nuevo Testamento y también de los evangelios apócrifos, como el asalto de los ladrones durante la huida a Egipto de José, María y el Niño, y además ofrece el contrapunto de los pasajes protagonizados por los pastores, con parlamentos muy curiosos y disputas de enamorados como la que os muestro al principio. La verdad es que la obra tiene pasajes muy divertidos y está bien hilvanada. Recuerda otras obras típicas del sainete andaluz, que desarrollaron al máximo los hermanos Quintero. Algo que me encanta es el lenguaje de los pastores, con un montón de palabras raras y olvidadas (a veces el autor se pasa un poco con los disparates verbales que perpetran, pero está muy bien). O no tan olvidadas, porque la vecina de enfrente de mi casa, Consuelo López, de 99 años, aún usa trempano, naide, lo vide, hogaño, trujimos, etc.

3 comentarios:

  1. Peláez del Rosal... me suena algo... profesor de la facultad de derecho???
    muy interesante tu entrada¡¡
    besos

    ResponderEliminar
  2. Siií, profesor de derecho en Córdoba. ¿Te trae malos recuerdos?

    Besos.

    ResponderEliminar
  3. noooo, malos no... de la facultad sólo me quedan los buenos recuerdos, jajajajaja... muchísimos... por eso me acuerdo poco de los profesores¡¡¡

    ResponderEliminar