Antes, no todo el mundo tenía almanaque. Rosario Montoro Serrano hacía, junto a sus compañeras de fábrica, brujas como ésta, que colgaban en la pared al iniciarse la Cuaresma. Como veis, su falda tiene 7 flecos, que es el número de viernes que hay desde el Miércoles de Ceniza hasta el Viernes Santo. Cada viernes arrancaban un fleco, tras lo cual permanecían una hora en silencio (se supone que es una penitencia propia de este tiempo). Así sabían cuánto faltaba para la Semana Santa. Lo que no se sabe muy bien es por qué recortaban una silueta de bruja. Esto probablemente tiene su origen en antiguas supersticiones y ritos. Probablemente, es una especie de conjuro contra las brujas, que como buenas anticristianas, desarrollan gran actividad durante la Cuaresma.
Esta bruja ha sido realizada por el hijo de Rosario, José Antonio Arjona Montoro.
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