Me pusieron en la escuela
para enseñarme a leer;
tiré la cartilla al suelo
y cogí la del querer.
Bésame, bésame,
bésame que tengo frío
y necesito el calor
de tus labios a los míos.
Bésame, bésame,
pero no me beses mal,
bésame como se besan
los novios en Portugal.
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