Los capuchones de bellota han sido usados en la Subbética para diversos fines. José Antonio Arjona Montoro cuenta que su madre los utilizaba para ponérselos en los dedos y sacar las aceitunas que quedaban enterradas en el barro. También eran usados como dedales por las niñas. El uso más espectacular es el que muestra en el siguiente vídeo Benjamín Sanz, aragonés de pro. Benjamín es un indio, en el mejor sentido de la palabra, pues se dedica a identificar huellas, rastros y excrementos de animales (de excrementos tiene una magnífica colección en su casa, cosa que sorprende bastante a las visitas). Lo conocí en unas Jornadas sobre la Fauna y Flora de la Subbética que se impartieron en Santa Rita, en las que nos dio unas charlas y prácticas sobre su especialidad. También es un magnífico recopilador del saber tradicional sobre la naturaleza. Tiene la teoría de que el grado de felicidad en la infancia es directamente proporcional al número de cicatrices que uno tiene en el cuerpo.
No sé si en la Subbética cordobesa los capuchones de las bellotas han sido usados como silbatos. Yo he probado varias veces y no consigo emitir el menor sonido.
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Hace 19 horas
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